Uno de los sectores llevados al límite por la pandemia de Covid-19 fue sin duda la logística. Con la gente aislada en casa, se produjo una rápida expansión de la demanda de comercio electrónico y cambios en el perfil de consumo de la población. Junto con las alteraciones en la producción industrial, la transformación llevó a las cadenas de suministro mundiales al borde del colapso y tuvo un impacto directo en la inflación en muchas partes del mundo.
Desde entonces, sin embargo, la respuesta de las empresas al problema ha adoptado en gran medida la forma de una revolución en el uso de las nuevas tecnologías, en un movimiento que tiende a intensificarse.
Según un estudio realizado por Ernst & Young LLP entre 200 altos ejecutivos, entre 2020 y 2022, el 72% de las empresas experimentarán impactos negativos en sus cadenas de suministro en los últimos tres años. En el 55% de los casos, las perturbaciones se consideraron graves. Aun así, al contrario de lo que solía ocurrir en tiempos de crisis en el pasado, el 92% mantuvo sus inversiones en tecnología.
Para 2023, la lista de prioridades de los directivos escuchados por la consultora está encabezada por el aumento de la eficiencia (65%). A continuación aparecen la retención y el reciclaje de la mano de obra (61%), el aumento de la visibilidad en la cadena de suministro (61%), el incremento de la resiliencia (38%) y el control de costes (24%).
«Las empresas planean sacudir sus estrategias para ser más resistentes, sostenibles y colaborativas con clientes, proveedores y otras partes interesadas», afirma Sean Harapko, uno de los líderes mundiales de la cadena de suministro de EY. «Para ello, aumentarán las inversiones en tecnologías como IA y analítica, automatización robótica de procesos y torres de control».
Es una opinión compartida por otras consultoras y expertos. «Veremos el ascenso y la caída de las empresas en función de su capacidad para adaptarse a los cambios sísmicos de la economía global. La transformación digital de las cadenas de suministro será el principal factor de recalibración del poder económico», afirma Anthony Orso, analista de investigación de mercado especializado en cadenas de suministro y logística de G2, uno de los mayores mercados de software del mundo.
Tecnologías en el punto de mira
Entre las nuevas tecnologías que destacarán en los presupuestos de las áreas de logística y cadenas de suministro en 2023 se encuentran los robots y vehículos autónomos, IoT, los gemelos digitales (digital twins), las soluciones integradas de inteligencia artificial, blockchain y la realidad virtual (VR) y realidad aumentada (AR).
En la búsqueda de una mayor eficiencia en las cadenas logísticas, la realidad aumentada, por ejemplo, se está utilizando para aumentar la productividad, la precisión y la seguridad en los almacenes y centros de distribución de las empresas.
A través de unas gafas de realidad aumentada, los trabajadores reciben información sobre la ubicación de las cargas que deben recoger y la forma más rápida de llegar hasta ellas. También pueden comprobar, con ayuda de un lector de códigos de barras acoplado al dispositivo, si están recogiendo el paquete correcto. Y tienen las manos libres para manipular las cajas con mayor seguridad.
Por las mismas razones, los robots autónomos han ido ganando espacio rápidamente, aunque siguen exigiendo un volumen de capital más importante. Según una encuesta de Gartner, para 2026, el 75 % de las grandes empresas del mundo tienen intención de adoptar algún tipo de robot inteligente para complementar o sustituir a la mano de obra humana y mejorar sus procesos logísticos.
Uno de los casos de uso más emblemáticos de los robots autónomos es el movimiento de cargas pesadas, de palés a estanterías y de estanterías a palés. Pero los robots autónomos también se utilizan cada vez más en el control de calidad, el control de inventario en tiempo real (drones), la clasificación y el embalaje de productos, y las entregas de última milla.
Sin embargo, para que los sistemas logísticos y las cadenas de suministro sean más flexibles y resistentes, la visibilidad en todo el proceso se considera un factor clave casi tan importante como el aumento de la eficiencia. Para lograrlo, las empresas han recurrido a una combinación de soluciones de IA, gemelos digitales, blockchain y sistemas de IoT.
A través de sensores conectados a la red es posible, por ejemplo, monitorizar las condiciones de temperatura de cargas sensibles o la posición exacta de una carga a lo largo de la ruta de entrega. Los gemelos digitales facilitan la anticipación de los cuellos de botella logísticos y su corrección antes de que el problema aparezca en el mundo real.
Según Gartner, al centralizar la información recibida de diferentes fuentes, las herramientas de IA también ayudan en la toma de decisiones, con insights en tiempo real que pueden generar beneficios en términos de sostenibilidad, como la reducción del gasto en combustible y otros insumos. Blockchain, por su parte, permite a las empresas monitorear la carga más allá de sus operaciones, al compartir información con otras compañías involucradas en la cadena logística, de manera segura y precisa.
Según Harapko, de EY, la reducción de costes sigue considerándose muy importante. La diferencia ahora, en comparación con el pasado, es que se espera que sea el resultado de cambios en los procesos y de inversiones continuas en tecnología. Y ya no de operaciones ajustadas, plazos de entrega más largos y mano de obra barata, como en el pasado.
«Una cadena de suministro de alto rendimiento se percibe ahora como una necesidad competitiva», afirma Harapko. Y es que en el futuro, añade el consultor, «la agilidad, la visibilidad, la automatización y el personal cualificado serán clave».