Desde su fundación en 2016, green4T ha orientado su actividad empresarial en línea con la agenda ESG (Enviroment, Social and Governance), adoptando medidas comprometidas con la sostenibilidad, la transparencia y la ética en la gestión, con el objetivo de crear valor compartido con visión de futuro con nuestros stakeholders.
Conscientes de nuestro papel y responsabilidad, hemos tratado de participar en los debates mundiales sobre el cambio climático. Una de las principales agendas en las que participamos es la 27ª Conferencia de las Partes de la ONU – COP27, que tiene lugar entre el 6 y el 18 de noviembre, en Sharm El-Sheihk, Egipto. Será la segunda participación de green4T en el evento: en la edición anterior, en 2021, la empresa estuvo en Glasgow, Escocia, donde fue testigo de la firma de importantes acuerdos, como la creación del mercado mundial de créditos de carbono.
Además de asistir a las sesiones plenarias que reunirán a cientos de jefes de Estado, científicos, ecologistas y líderes sociales y empresariales, nuestra empresa también participará en la COP27 en el foro celebrado por la Responding to Climate Change (RTCC), una organización sin ánimo de lucro creada hace 20 años y clasificada como observadora oficial en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC, en la sigla inglesa), el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) y la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD). El RTCC también tiene un estatus consultivo especial en el Consejo Económico y Social de la ONU.
Eduardo Marini, CEO de green4T, participará en el panel How can information technology assist businesses and cities in their efforts to reduce carbon emissions, con la presentación IT Sector: The Role of CIO and an Energy Leadership Opportunity for Brazil”– una visión sobre el papel estratégico del CIO en las corporaciones, como actor principal de una transformación digital más sostenible para las empresas. Marini también analiza la oportunidad de que Brasil actúe como uno de los líderes mundiales en el camino de la transición energética de la economía global, debido a su inmensa capacidad de generar energía mediante fuentes limpias y renovables.
En el mismo evento, Roberto Speicys, director general y cofundador de Scipopulis, especializada en la planificación urbana basada en datos, presentará “Using data to accelerate transport decarbonisation in Rio de Janeiro”, su perspectiva sobre la descarbonización del transporte público en las grandes ciudades.
Escenario complejo
La reunión en Egipto se producirá, sin embargo, en un escenario más tenso que el vivido hace un año. La crisis energética mundial provocada por la guerra entre Rusia y Ucrania, que comenzó en febrero, ha elevado el nivel de complejidad a la hora de afrontar el reto climático.
La drástica reducción del suministro de gas natural ruso a los países europeos ha obligado a varias naciones del Viejo Continente a retomar la producción de energía por medios más contaminantes, como la quema de carbón. Una decisión controvertida, que va en contra de los objetivos acordados en Glasgow, de una reducción del 45% de las emisiones globales de carbono para 2030 en relación con el nivel de 2010, con el fin de mantener el calentamiento global limitado a 1,5º C.
Como agravante en este contexto, en abril, el informe “Climate Change 2022: Mitigation of climate change”, aprobado y publicado por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en la sigla inglesa), vinculado a la ONU, señaló que para que el mundo se mantenga dentro del límite establecido en el Acuerdo de París (2015), se debe alcanzar el pico de emisiones de carbono en 2025 y luego reducirse en un 43% en los cinco años siguientes.
El documento exige una actuación inmediata e incluye la tecnología como parte de la solución. «Con las políticas, la infraestructura y la tecnología adecuadas para permitir cambios en nuestro estilo de vida y comportamiento, se puede lograr una reducción de entre el 40% y el 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEE) para 2050», afirma en el informe el copresidente del Grupo de Trabajo III del IPCC, Priyadarshi Shukla.
¿Cuáles son los objetivos de la COP27?
Los objetivos fijados para esta edición de la Conferencia sobre el Clima son:
- Mitigación
Será el momento para que las naciones prueben sus esfuerzos hasta el momento para cumplir con los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, así como para demostrar el aumento de las ambiciones de las NDCs (Nationally Determined Contribution) propuestas por los países firmantes de la COP. - Adaptación
El Objetivo Global de Adaptación fue uno de los legados más significativos de la COP26. Ahora, los líderes mundiales y los gobiernos que participan en la convención sobre el clima se verán presionados para acelerar y demostrar los avances en las políticas públicas destinadas a aumentar la resiliencia y los recursos para ayudar a las poblaciones más vulnerables del planeta frente a fenómenos extremos como las olas de calor, las inundaciones y los incendios forestales. - Financiación
En la COP27 será crucial avanzar en la construcción definitiva de un fondo internacional de US$ 100.000 billones anuales destinado a financiar los esfuerzos de mitigación y resiliencia climática en los países subdesarrollados y en desarrollo. En 2020, esta cantidad alcanzó los R$ 83,3 mil billones, según una encuesta de la OCDE. En este sentido, es necesario crear mecanismos que garanticen la transparencia de los procesos y el flujo de capitales, con el fin de establecer una relación de absoluta confianza entre las naciones y un seguimiento continuo de la correcta asignación de los recursos. - Colaboración
Para que los objetivos anteriores se cumplan, es fundamental que haya cooperación entre países, gobiernos y organizaciones. La Presidencia de la COP27 promete trabajar incansablemente para facilitar y propiciar acuerdos, mediando en las negociaciones y asegurando la representación de todas las partes interesadas afectadas por estas acciones.
La era digital y el clima
La transformación digital de la economía y del estilo de vida de las personas ha provocado un crecimiento exponencial y continuo de la producción de datos. Según una investigación del Statista Research Department, en 2021 se generaron 79 zettabytes (ZB) de datos, y se espera que este año se alcancen los 97 ZB – y 181 ZB en 2025.
El desarrollo de tecnologías emergentes como el internet de las cosas (IoT), el machine learning, la inteligencia artificial y el blockchain han promovido cambios completos en los modos de producción en la industria y la agricultura, además de proporcionar nuevos modelos de negocio para diversos sectores económicos, como el financiero.
Solo con el IoT, se estima que hay 14,4 billones de dispositivos que conectan cosas a Internet, como señala el informe «Internet of Things Market Forecast 2022-2029».
Para manejar un volumen tan grande de datos, la infraestructura de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) necesaria para recoger, transmitir, procesar y almacenar la información también tiene que crecer de forma constante. Como consecuencia, la cantidad de energía eléctrica necesaria para soportar este enorme ecosistema de centros de datos también ha aumentado rápidamente.
En el artículo «New Perspectives on Internet Electricity Use in 2030», el investigador Anders S. G Andrae afirma que el sector de las TIC consumirá el 7% de toda la electricidad producida en el mundo en 2020.
Conscientes de este panorama, las empresas empiezan a buscar una forma más sostenible de manejar sus datos. La alternativa son los green data centers, centros de procesamiento con alta inversión en innovación, alimentados por energía de fuentes renovables. El segmento ha crecido con fuerza: en 2026 generará aproximadamente U$S 181,9 billones de negocio, según la agencia Mordor Intelligence.
Nuestra contribución a un mundo más ´green´
green4T ha tratado de contribuir con soluciones que mitiguen el impacto medioambiental de las infraestructuras informáticas de las empresas, haciéndolas más eficientes energéticamente.
Mediante la aplicación de un Plan de Acciones Multidisciplinares (MAP, en la sigla inglesa) en los ámbitos físico (hardware) y lógico (software) del centro de datos, hemos conseguido reducir el consumo eléctrico de los entornos de procesamiento de datos de nuestros clientes hasta en un 60%.
Este aumento de la eficiencia energética mejora la relación entre los costes energéticos de la infraestructura del centro de datos y los equipos directamente asociados al procesamiento de datos. Este índice, PUE (Power Usage Effectiveness), varía entre 1 y 3, donde 1 se considera altamente eficiente, constituyendo una métrica esencial para la consolidación de las políticas de sostenibilidad de las empresas.
Desde el punto de vista de la gestión, este año presentamos el primer Informe de Sostenibilidad de green4T Participações S.A. Este documento es el resultado de un esfuerzo colectivo de toda la empresa y retrata nuestro camino de creación de valor en la construcción de una cultura ESG a largo plazo.
El documento –disponible para su descarga en el sitio web de green4T– ofrece información sobre nuestro modelo de negocio y cómo lo llevamos a cabo según los indicadores sociales, medioambientales y de gobernanza, además de retratar a grandes rasgos los resultados obtenidos en 2021, a partir de la integración de la información financiera recogida entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de ese año.
También cabe destacar que green4T se convirtió en 2021 en firmante del Pacto Mundial de la ONU, la mayor iniciativa de sostenibilidad corporativa del mundo, con más de 16 mil empresas e instituciones de 160 países.
También nos hemos comprometido con la Science Based Target Initiative (SBTi), una entidad mundial que establece objetivos ambiciosos de reducción de emisiones según la definición de la comunidad científica que estudia el clima. El objetivo es que las empresas firmantes reduzcan sus emisiones a la mitad para 2030 y las lleven completamente a cero a mediados de siglo.
Nuestra marcha a la COP27 apunta, por tanto, a la firme determinación de la empresa de contribuir al debate climático, compartir experiencias y colaborar en la creación de una economía neta cero. Además, refleja nuestra voluntad de ponernos realmente a disposición de la comunidad mundial para construir juntos un futuro más »green» para las personas, las empresas y las ciudades.