El sector farmacéutico se caracteriza por la innovación y las elevadas inversiones en investigación y desarrollo debido a la constante necesidad de lanzar nuevos medicamentos al mercado. Además, en los últimos años, esta industria ha sufrido una importante transformación debido a las crecientes aportaciones financieras que han generado diversas innovaciones encaminadas a una mayor eficiencia en sus procesos.
Hay varios factores que han llevado al sector a este escenario positivo. Entre ellas, la mayor demanda de productos farmacéuticos con el envejecimiento de la población, la búsqueda de la gente por mejorar su calidad de vida y bienestar y, más recientemente, la pandemia de Covid, que impuso a la industria la urgencia de desarrollar vacunas contra el coronavirus y planteó la necesidad de que los países tuvieran mayores reservas de medicamentos y productos farmacéuticos. Segundo dados da Associação da Indústria Farmacêutica de Pesquisa (Interfarma), em 2018, o setor recebeu US$ 172 bilhões de investimentos em pesquisa e desenvolvimento em todo o mundo, e esse montante deve saltar para US$ 204 bilhões em 2024, uma alta de 18,6%. Las cifras, según la entidad, superan las inversiones realizadas por otras áreas caracterizadas por la innovación, como la industria del automóvil y la de hardware y software.
Con las inversiones previstas y la creciente demanda de productos farmacéuticos, se prevé que el sector en su conjunto crezca en los próximos años. En un informe publicado el año pasado por Research and Markets, la proyección es que el mercado mundial prácticamente duplicará su tamaño para 2028, alcanzando los 957.590 millones de dólares, registrando un crecimiento anual del 11,34%.
Las cifras positivas de hoy contrastan con el periodo de declive de la investigación y el desarrollo de la última década. Según la décima edición de la encuesta global de Deloitte «Innovación en la industria farmacéutica», publicada en 2019, la rentabilidad del área obtenida por las 12 mayores empresas del sector era del 10,1% de media en 2010, una tasa que se redujo a solo el 1,8% en el año anterior al inicio de la pandemia.
La conclusión a la que llegó el informe con los datos de hace tres años es que era necesaria una «transformación en la productividad de la investigación y el desarrollo, invirtiendo los descensos y la falta de crecimiento en la biofarmacia», un escenario que vemos que se da en la actualidad.
Efecto Covid
Incluso sin haber terminado, la pandemia ya ha dejado impactos no sólo en nuestras vidas, en la forma de relacionarnos y en el mercado en general, sino que también está empezando a imponer cambios importantes en la industria farmacéutica. La principal es la descentralización de la producción de medicamentos. El sector se ha caracterizado durante mucho tiempo por la concentración de las mayores empresas en unos pocos países como: Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, China e India. Además, el 42% de la cuota de mercado mundial está actualmente en manos de las 10 mayores empresas farmacéuticas.
Sin embargo, se espera que este escenario cambie en los próximos años. Desde el inicio de la pandemia, los gobiernos de los cuatro puntos cardinales se han esforzado por garantizar a la población vacunas, medicamentos y productos farmacéuticos para combatir el coronavirus. La urgencia y la gran demanda de estos artículos debido a la rápida expansión de Covid puso de manifiesto la falta de estructura y suministros destinados a la salud en varios países del mundo. Con ello, la tendencia es que esta producción sea cada vez más doméstica, evitando la dependencia de las naciones productoras o de las grandes empresas del sector.
Según datos de la empresa de datos de mercado Statista, a finales de abril había 1.491 medicamentos y vacunas en desarrollo en todo el mundo destinados exclusivamente a combatir el coronavirus. La estadounidense Sorrento Therapeutics lidera esta carrera con 18 medicamentos, seguida de Moderna (11), GlaxoSmithKline, Pfizer e ImmunoPrecise Antibodies (10).
Nuevas producciones
Esta expansión del mercado farmacéutico, cada vez menos concentrado y más repartido por todo el mundo, tiende a repercutir también en las tecnologías utilizadas en las líneas de producción. Hoy en día, los procesos tradicionales son de producción por lotes, que requieren grandes instalaciones y maquinaria costosa, culminando también en grandes empresas. Por lo tanto, sólo las empresas que pueden permitirse hacer las inversiones necesarias pueden competir en el mercado. Para hacernos una idea, las inversiones en activos de los 20 mayores fabricantes de genéricos oscilan entre 1.900 y 60.000 millones de dólares, según datos del Centro de Comercio Internacional (CCI).
Estos altos valores siempre han sido una importante barrera de entrada para los nuevos competidores. Pero ahora la tendencia es hacia cambios en la línea de producción que se espera que faciliten la entrada en el mercado de nuevas empresas y start-ups. En lugar del modelo tradicional, está entrando en funcionamiento la fabricación de flujo continuo, cuyos procesos están más automatizados, requieren menos inventario y menos tiempo de inactividad entre lotes, y también son más sostenibles, ya que consumen menos energía y disminuyen las emisiones de carbono. Además, estas instalaciones se destinan a la producción a pequeña escala, lo que reduce las inversiones necesarias para operar en el sector.
Además, según el CCI, se calcula que los gastos de capital de estas tecnologías son entre un 20% y un 76% inferiores a los de los procesos de producción tradicionales, y el ahorro en gastos de funcionamiento puede llegar hasta el 40%. Con esta innovación, este nuevo modelo hace que el proceso sea más productivo y flexible, permitiendo una mayor diversificación de productos.
Las tecnologías más impactantes
Dentro de esta transformación de la industria farmacéutica, se considera que la inteligencia artificial (IA) es la tecnología que tendrá un mayor impacto en los cambios del sector al aportar mejoras de productividad y eficiencia en toda la cadena de valor. Así lo indica una encuesta realizada el año pasado por la empresa de análisis de datos GlobalData, que escuchó a 198 profesionales del sector.
La encuesta se incluye en el informe «El estado de la industria biofarmacéutica 2021», donde la inteligencia artificial fue citada por el 36% de los encuestados como la tecnología con mayor impacto en la industria, seguida de: Big Data (20%), Social Media (10%), Ciberseguridad (7%) e Internet de las cosas (6%).
En el informe, GlobalData señala que la necesidad urgente de vacunas y tratamientos para el Covid fue uno de los factores que aceleraron la adopción de la inteligencia artificial, y que los esfuerzos para combatir el virus en los últimos años pueden haber sido un punto de inflexión en el uso generalizado de datos y la implementación de tecnologías en toda la industria farmacéutica.
Un ejemplo del impacto de la pandemia en la aceleración de esta transformación digital en el sector fue la nueva planta de fabricación en Marburgo (Alemania) de la empresa alemana de biotecnología BioNTech. Adquirida a finales de 2020, la instalación necesitaba someterse a una importante actualización de sus activos para poder producir la vacuna de ARNm, cuyos niveles de control y calidad son muy elevados.
Inicialmente, el plazo para que la planta estuviera lista era de un año. Sin embargo, la producción de vacunas pudo iniciarse en sólo cinco meses gracias a los procesos de digitalización y las tecnologías utilizadas en la adaptación de la unidad. Además, las líneas de producción utilizan ahora las más modernas tecnologías de gestión de procesos que facilitan y aceleran la producción de inmunizantes.
La supercomputación en el sector
Dada la necesidad de ampliar la industria en el desarrollo de nuevas aplicaciones farmacéuticas y proporcionar una base para la investigación de nuevos medicamentos, el sector destacará dentro de la iniciativa de la Unión Europea de instalar ocho centros de supercomputación repartidos por el Viejo Continente. Entre los objetivos está el apoyo a las innovaciones en medicina personalizada, diseño de fármacos y materiales, y bioingeniería.
Concebidos por la Empresa Común Europea de Computación de Alto Rendimiento, los nuevos centros que albergan superordenadores y grandes infraestructuras informáticas están instalados en Sofía (Bulgaria), Ostrava (R. Checa), Kajaani (Finlandia), Bolonia (Italia), Bissen (Luxemburgo), Minho (Portugal), Maribor (Eslovenia) y Barcelona (España). La intención es concentrar y unir a los investigadores, la industria y las empresas europeas en estos lugares para, al mismo tiempo, democratizar la tecnología avanzada destinada a acelerar el descubrimiento de medicamentos más eficaces.
Entre los ejemplos del uso de la supercomputación en beneficio del sector en el desarrollo de nuevos fármacos están la realización de complejas ecuaciones físicas que modelan los procesos moleculares y las interacciones de un nuevo fármaco con los tejidos humanos. Para hacerse una idea, los superordenadores utilizados en los centros europeos son capaces de funcionar a más de 150 Petaflops por segundo.
La iniciativa forma parte del programa Europa Digital de la Unión Europea que se puso en marcha en 2018. Entre 2021 y 2027 se destinarán unos 2.700 millones de euros a financiar la supercomputación en el continente.
Sostenibilidad en alza
Además de aumentar la eficiencia, acelerar la producción y reducir los costes, la transformación digital que se está produciendo en la industria farmacéutica también ha respondido a otra necesidad que ha cobrado importancia dentro del sector: la de hacer más sostenibles las actividades.
En otra encuesta que se realiza anualmente, GlobalData compara el crecimiento de las 30 principales fuerzas motrices que consideran el registro de patentes en diferentes sectores de la economía con los resultados obtenidos el año anterior. En la industria farmacéutica, los registros de patentes relacionados con las energías renovables fueron los que más aumentaron entre los periodos, subiendo 26 posiciones y alcanzando el puesto 23. A continuación, las emisiones de carbono subieron 22 posiciones, alcanzando el 17º lugar. La reducción de emisiones aparece justo detrás, subiendo 21 puestos y alcanzando la 18ª posición.
Según el informe de la empresa de análisis de datos, estos resultados indican qué temas tendrán más relevancia e impulso dentro de las estrategias de las empresas, estableciéndose como grandes influenciadores de las acciones a partir de 2022.
Situación positiva
Como se puede ver, la industria farmacéutica ha sufrido una verdadera transformación que comenzó en los últimos años con la implementación de nuevas tecnologías e innovación en sus procesos de producción, en gran parte debido a la urgente demanda que surgió con la pandemia de coronavirus. Pero a ello se suma la búsqueda de terapias innovadoras y un importante avance científico en el área, centrado en la salud y el bienestar de las personas.
Todo este escenario ha atraído inversiones récord al sector, con altas proyecciones hasta el final de esta década. Aunque reciente, el crecimiento de esta industria se produce junto con la aplicación de innovaciones en todo el proceso de producción que introducen eficiencia, productividad, seguridad y control y reducción de costes, todo ello con actividades más sostenibles.