La aprobación del Nuevo Marco Legal de Saneamiento hace dos años impuso varias metas a cumplir en los próximos años para mejorar una de las áreas más críticas en relación con los servicios públicos en Brasil. Para hacernos una idea, hoy en día, unos 35 millones de brasileños no tienen acceso a agua tratada y otros 100 millones de personas viven sin recogida de aguas residuales, según datos del Instituto Trata Brasil. La nueva norma, sin embargo, impuso que para 2033 más del 90% de la población debe ser atendida con estos servicios que son esenciales para la calidad de vida de las personas.
Con este plan maestro de saneamiento básico en Brasil, la tendencia es que el sector empiece a atraer la atención del mercado para nuevos proyectos en los que las tecnologías y las herramientas digitales serán esenciales para aumentar la eficiencia de los sistemas de agua y alcantarillado.
Uno de los principales factores para el interés de las empresas en esta área es que el texto de la norma incluyó la participación de la iniciativa privada en las iniciativas que se llevarán a cabo en todas las regiones brasileñas. Antes, la responsabilidad de los proyectos de saneamiento en el país se limitaba a las empresas estatales, donde había mucha burocracia en relación con los procesos de contratación de servicios. Ahora, con la apertura para que las empresas privadas participen en las subastas de concesiones, se prevén mayores inversiones para el área y la tecnología será un medio para alcanzar las metas establecidas con el Nuevo Marco Legal de Saneamiento.
Este impacto ya se sintió el año pasado, cuando el segmento recibió inversiones de alrededor de R$ 35 mil millones, según datos del Gobierno Federal. Esta cantidad es unas diez veces superior a la destinada al sector en 2020, año en que se aprobó la nueva legislación.
El aumento de las contribuciones previstas para la próxima década será fundamental debido a los grandes desafíos que tiene Brasil en el área de saneamiento. Según datos del Instituto Trata Brasil, mientras que los índices de suministro de agua tratada superan el 90% de la población en las regiones Sur, Sudeste y Centro-Oeste, este servicio cae al 74,9% en el Nordeste y a sólo el 58,9% en la región Norte. La media nacional de desperdicio de agua tratada en los sistemas de distribución es del 40%, cuyo volumen perdido bastaría para abastecer a más de 63 millones de personas (equivalente al 30% de la población) en un año.
En cuanto a la red de alcantarillado, sólo la región sureste tiene más de la mitad de la población atendida por este servicio, con un 80,5%. Esta tasa desciende al 47,4% en las regiones del Sur y Centro-Oeste, al 30,3% en el Noreste y alcanza un increíble 13,1% en el Norte del país. Además, sólo 18 de las 100 mayores ciudades brasileñas tratan más del 80% de sus aguas residuales.
Proyectos en las cuatro esquinas del país
Debido a la discrepancia entre las regiones y al gran déficit de Brasil en relación con el saneamiento básico en general, los proyectos destinados al área llegarán a todas las regiones y sin priorizar el tamaño de los municipios.
Según datos de la Asociación Brasileña de Concesionarios Privados de Servicios Públicos de Agua y Alcantarillado (Abcon), se esperan 23 licitaciones en el país hasta finales de 2023, 12 de ellas para ciudades con una población de 50 mil habitantes o menos. En total, las inversiones destinadas a los pequeños municipios pueden ascender a 22.000 millones de reales en proyectos realizados a través de Asociaciones Público-Privadas (APP).
Además, según datos de Abscon divulgados en colaboración con el Sindicato Nacional de Concesionarios Privados de Servicios Públicos de Agua y Alcantarillado (Sindicom), las concesiones privadas de saneamiento suponen el 33% del total invertido por las empresas del sector dentro de los 191 contratos firmados, que van desde las concesiones totales y parciales hasta las APP. Estos proyectos abarcan 392 ciudades, el 42% de ellas de hasta 20 mil habitantes.
Para alcanzar las metas incluidas en el texto del nuevo marco regulatorio, universalizando los servicios de agua y alcantarillado hasta 2033, la proyección es que se necesitarán 700 mil millones de reales para lograr mejoras en el sector, lo que corresponde a unos 63 mil millones de reales en contribuciones por año.
Percepción de las inversiones
Debido a la gran necesidad de modernizar los sistemas de agua y alcantarillado y a las aperturas para proyectos en el área con la nueva legislación aprobada en 2020, el saneamiento emerge como el sector foco de proyectos en los próximos años. Esto es lo que muestra la encuesta del Barómetro Brasileño de Infraestructuras, que realiza semestralmente la Asociación Brasileña de la Industria de la Infraestructura y la Base (Abdib) en colaboración con la consultora EY.
Según la encuesta, realizada entre septiembre y octubre de 2021 a 167 ejecutivos y especialistas que lideran proyectos de inversión y gestionan contratos en sectores de infraestructuras, el saneamiento básico aparece a la cabeza de las indicaciones en una lista con 13 opciones de áreas para invertir, y es la cuarta vez consecutiva que el sector lidera la encuesta.
A la pregunta «Señale tres sectores que, en su opinión, tendrán un aumento de las intenciones de inversión en los próximos tres años», el saneamiento obtuvo el 67,1% de las respuestas de los ejecutivos, por delante de áreas como la energía eléctrica (63,5%), el ferrocarril (41,9%) y las carreteras (32,9%). Además, la percepción respecto a las inversiones en el sector ha ido en aumento, liderando el sector con un índice del 46,6% en la segunda mitad de la encuesta de 2019.
El documento también destaca que las empresas han invertido en tecnología e innovación en materia de saneamiento para hacer más eficiente y eficaz el servicio a la población mediante la obtención de más datos, la anticipación de los problemas y la automatización de los sistemas. Un ejemplo citado es la monitorización online de todo el ciclo de los procesos de tratamiento y abastecimiento a partir de la combinación de dispositivos IoT (Internet de las Cosas) con el análisis de datos basado en la Inteligencia Artificial para generar información y permitir la monitorización de los sistemas de agua y alcantarillado de forma remota.
Desafío mundial
La mejora de los sistemas de saneamiento básico en Brasil contribuirá directamente a uno de los principales problemas a los que se enfrentará nuestro planeta en los próximos años: la escasez de agua. Según las estimaciones de la ONU y el Banco Mundial, el 40% de la población mundial ya vive con la carencia de este bien esencial para nuestra vida. Además, las sequías pueden poner en riesgo de desplazamiento a unos 700 millones de personas para finales de esta década. Por ello, las innovaciones en el sector para facilitar desde la recogida hasta la distribución de este bien esencial para la vida humana serán esenciales en los próximos años.
Según el documento «Charting our water future», publicado desde 2008 por McKinsey en un proyecto realizado con varios expertos y organizaciones de los sectores privado y social, para 2030 la demanda mundial de agua pasaría de los 4,5 billones de metros cúbicos actuales a 6,9 billones de metros cúbicos, un aumento de más del 50% en relación con el actual suministro de agua accesible y fiable. Esta proyección considera un escenario de crecimiento económico medio y no supone ningún aumento de eficiencia en los sistemas.
En este escenario, la agricultura representa el 71% de la demanda mundial de agua, con 3,1 billones de metros cúbicos. Si no se gana en eficiencia en sus procesos, este volumen aumentará a 4,5 billones de metros cúbicos a finales de esta década. En otras palabras, el reto del agua está estrechamente relacionado con el suministro de alimentos y el comercio.
Esta demanda agrícola se produce principalmente donde están los agricultores más pobres: India, donde la extracción prevista para 2030 es de 1,2 billones de metros cúbicos; África subsahariana, con 820.000 millones de metros cúbicos; y China, con 420.000 millones de metros cúbicos. Las extracciones industriales, por su parte, representan el 16% de la demanda total actual, y se prevé que aumenten hasta el 22% en 2030, según las previsiones del estudio McKinsey.
Inteligencia en el sector
Debido al crecimiento de la demanda de agua previsto para los próximos años en todo el mundo, la tendencia es a un desarrollo cada vez más acelerado de las innovaciones en materia de saneamiento. Además, estas mejoras desempeñarán un papel crucial para que los sistemas sean más sostenibles, contribuyendo a los objetivos que deben alcanzar las empresas y los organismos públicos en lo que respecta no sólo al consumo de agua, sino también a la reducción de energía.
Así, el uso de datos y la implementación de herramientas inteligentes en el sector se convierten en algo fundamental para gestionar las pérdidas, mejorar el flujo de la distribución de agua, facilitar el seguimiento para la adopción de acciones predictivas y aumentar la capacidad de identificar acciones clandestinas en los sistemas de saneamiento. En este caso, al obtener información en tiempo real de un sistema de distribución de agua, se toman rápidamente medidas si se produce algún problema en las tuberías. Es decir, se redirige todo el flujo para evitar pérdidas hasta que se lleve a cabo la reparación.
Este es sólo un ejemplo de cómo el uso de datos puede ayudar a mejorar el saneamiento, pero hoy en día existen numerosos casos de implantación de herramientas inteligentes en todo el mundo que facilitan la monitorización del sistema, ayudan a mantener la calidad del agua y a evitar el despilfarro, y generan conocimientos para los técnicos y gestores que agilizarán la toma de decisiones en el sector.
A continuación se presentan algunos ejemplos de tecnologías que ya se utilizan en el extranjero:
- En los Países Bajos, la empresa DeSah ha desarrollado un sistema descentralizado de tratamiento de aguas residuales que puede generar biogás mediante digestión anaeróbica y recuperar las aguas grises (generadas en duchas, lavabos, lavadoras y otros procesos domésticos) para su reutilización;
- Los problemas en la calidad del agua se identifican automáticamente a un ritmo de litros por segundo con el uso de sondas inteligentes. La innovación es de la empresa Electro Scan, de Estados Unidos.
- Fracta, también de Estados Unidos, ha desarrollado una tecnología basada en la nube que emplea la inteligencia artificial (IA) y que puede evaluar, calcular y visualizar el estado de las redes de distribución de agua en tiempo real;
- LG Sonic, de los Países Bajos, ha creado un sistema flotante alimentado por energía solar llamado MPC-Buoy que combina la vigilancia de la calidad del agua en tiempo real, los datos por satélite y la tecnología de ultrasonidos para controlar la proliferación de algas nocivas en grandes extensiones de agua.
Tecnología en el campo
En Brasil, a pesar de los grandes retos a los que se enfrentará el saneamiento básico en los próximos años, ya se están produciendo muchas innovaciones en el sector, especialmente en proyectos de las regiones Sur y Sudeste. En Guabiruba (SC), por ejemplo, se implantó un moderno programa de telemetría para supervisar a distancia el sistema de abastecimiento de agua con el fin de resolver las averías de los equipos y mejorar el control del nivel del embalse.
Responsable por la operación del sistema desde 2020, Guabiruba Saneamento, que pertenece al Grupo Atlantis, invirtió R$ 100 mil en tecnologías que incluyen el nuevo sistema de telemetría. Entre los beneficios generados están la reducción del tiempo de asistencia al servicio y la disminución de las pérdidas de agua en el municipio de Santa Catarina. Además, algunos puntos de vigilancia funcionan con energía limpia procedente de la instalación de paneles solares, y toda la flota de la empresa se vigila vía satélite para que las incidencias puedan ser atendidas más rápidamente con el técnico más cercano al lugar.
Leer más: ¿Cómo pueden colaborar las tecnologías digitales para una gestión más eficiente de los residuos?
En Itatiba (SP), Sabesp inició el año pasado la implantación de un sistema centralizado de monitoreo y control con telemetría y telecontrol (hidrométrico) en la unidad de negocios Capivari/Jundiaí, que atiende a 13 ciudades de la región de São Paulo. La innovación se produce con el uso del IoT y la inteligencia artificial, y permitirá a los operadores de la empresa monitorizar a distancia el tratamiento del agua, la recogida y el alcantarillado, permitiendo a los operadores de la empresa detectar con antelación fallos en el sistema, además de obtener datos de consumo en la región.
Cesan, de Espírito Santo, encontró en el uso de tecnologías la solución para evitar la captación de agua del río Reis Magos, en Putiri (ES), cuando hay invasión de aguas del mar. La iniciativa surgió porque, hace unos años, los habitantes de la región se quejaron de los cambios en la calidad del agua suministrada, porque era salada. Para evitar el problema, la empresa instaló un sensor para controlar en tiempo real el nivel de salinidad del manantial, evitando así la recogida y distribución de agua fuera de los niveles de calidad.
Un importante aliado
En los próximos años, proyectos innovadores como los mencionados ganarán más espacio en el sector, no sólo para resolver los problemas actuales, sino también para satisfacer las demandas futuras con el crecimiento económico y el aumento de la población mundial. Esta necesidad será aún mayor ya que la tendencia es a la disminución de la cantidad de agua disponible en el mundo, en gran parte debido al aumento de los períodos de sequía agravados por el cambio climático.
Con estas proyecciones, tres países sudamericanos tienen un papel clave ya que se encuentran entre los diez mayores en cantidad de agua dulce del mundo: Brasil (1º), Colombia (3º) y Perú (8º). Además, según la Asociación Mundial del Agua (GWP), casi un tercio de los recursos hídricos renovables se encuentran en Sudamérica.
Teniendo en cuenta este escenario, las inversiones en nuevos proyectos y en el desarrollo de soluciones orientadas a una mayor eficiencia en el uso del agua serán cada vez más importantes para hacer frente a este reto en los próximos años. Desde la mejora de la gestión para reducir los altos volúmenes de pérdidas hasta la instalación de sensores para hacer más eficiente la distribución, el uso de las tecnologías en el saneamiento será fundamental para contener la escasez de este bien esencial en nuestro planeta.